miércoles, 26 de agosto de 2020

Cómo restaurar una relación rota


Ante una relación rota, lo primero que debes hacer es hablar con Dios antes que con la persona. Ora por el conflicto antes de ir con el chisme a un “amigo”. Toma la iniciativa siempre (Mateo 5: 23-24) ¡No importa quien haya sido el ofendido o quien haya ofendido a quien! Se comprensivo y antes de resolver el desacuerdo, usa tus oídos más que tu boca. Debes confesar tu parte en el conflicto (Mateo 7: 5) admitiendo tus propios errores o pecados. Debes atacar el problema y no a la persona ya que no arreglarás nada si lo que te interesa es encontrar quien tuvo la culpa. Es importante que cooperes tanto como puedas (Mateo 5: 9) haciendo todo lo posible para optar por lo que la otra parte prefiere. Haz hincapié en la reconciliación, no en la solución (Efesios 4: 3). La reconciliación se enfoca en la relación, mientras que la solución se concentra en el problema. Enfoquémonos en lo que tenemos en común (Efesios 4: 4-6) Concentrémonos en lo que más nos importa, no en nuestras diferencias personales siendo realistas en cuanto a nuestras expectativas (Efesios 4: 2) amándonos pese a las perfecciones de los demás. Evitemos a las personas conflictivas y neguémonos a escuchar chismes. Actuemos con rapidez (Proverbios 17: 14) y evitemos que se agranden las cosas siempre decididos a animar más que a criticar.