lunes, 10 de agosto de 2020

Jesús: El maestro por Excelencia


 Los evangelios no dan ninguna descripción física acerca de Jesús. Por los relatos evangélicos podemos tener una idea de cómo era, por sus palabras, acciones y sentimientos. Los contemporáneos de Jesús sabían que Él no era un maestro de la ley ni había estudiado con un maestro famoso. Sin embargo, aprendió para enseñar, haciendo preguntas, observando la realidad, refiriéndose a situaciones concretas, utilizando un lenguaje que todos pudieran entender, y mostrando especial interés en las personas. Mateo 4: 23 describe que el ministerio de Jesús giraba en las tres áreas del “todo del hombre”: Al enseñar mostraba su interés de que todos entendieran (intelectual), al predicar mostraba su interés en una entrega (espiritual) y al sanar mostraba su interés en la persona total (física). Esto causó un gran impacto en sus oyentes (Mateo 7: 28 – 29 y Juan 7: 46) convirtiéndose así en el mayor maestro que el mundo conoció jamás.