Un refrán popular dice que: “El que tiene techo de cristal no le
lanza piedras al vecino”. ¿Qué se cree aquel que juzga la vida que viven otros?
¿Será que tienen las manos limpias? Condenar es fácil… pero ¡Dar ejemplo es lo difícil!
Henry Miller decía que: “Uno debe ir siempre hacia el lugar donde no está
señalando”. ¿Sabías que no es la vida la que separa a la gente? Es la maldad,
la hipocresía, la traición, el egoísmo y la falta de respeto. Todos aquellos
que encuentran fascinación en lanzar piedras al prójimo o lo que yo llamo “Jugar
a Dios”, se la pasan tratando mal a los demás olvidando que es en ellos donde “algo
está mal”. La gente sana, espiritualmente hablando, no anda por ahí destruyendo
a otros seres humanos, mucho menos a sus “hermanos”. Es increíble como la “cizaña
que se cree trigo” cuestiona todas las cosas buenas que escuchan de los demás,
pero creen todas las malas sin pensarlo dos veces. ¿Qué saben ellos de la cruz
que otros cargan? ¿Pueden ponerse los zapatos de los demás? ¿Han recorrido el
camino de aquellos a quienes juzgan? ¿Han vivido la penas y dudas de otros? Y
lo peor de todo es que creen afirmarse en las Escrituras. Pues si es así ahí le
va las palabras del Apóstol Pablo en Romanos 14: 4, “¿Quién eres tú para erigirte
en juez de un sirvo ajeno? Si éste se mantiene en pie o cae, es un asunto de su
propio amo. [Y sea que te guste o no] ¡Se mantendrá firme! Porque poderoso es
el Señor para sostenerle en pie”.
martes, 27 de agosto de 2019
domingo, 25 de agosto de 2019
No lo dejes ir
No dejes ir a un hombre que te llame aun cuando le colgaste el
teléfono. Aquel que cuando le digas “quiero estar sola ¡Vete!” te abrace y te
diga “te amo y jamás te dejaré sola”. No dejes ir a un hombre que, al mirarte a
los ojos, te mire como si hubiera un universo en ellos. Aquel que le grite al
mundo que te ama y al mismo tiempo te susurra al oído que tú eres su mundo. No
dejes ir a un hombre que cuando le digas “hazme tuya”, tome tu mano y te ponga
un anillo. Aquel que te diga “que bonita te ves sin maquillaje”. No dejes ir a
un hombre que te mande mensajes de texto a mitad del día solo para decirte que
te quiere. Aquel que te pregunta cómo estás o si ya comiste. No dejes ir a un
hombre que haga hasta lo imposible por verte sonreír, te consienta y te presuma
frente de sus amigos y familiares. Aquel que valora más tus sentimientos que su
orgullo y su ego. No dejes ir a un hombre que te abrace sin que se lo pidas,
que te cuida sin que se lo exijas y que te quiere sin que te lo diga. No dejes
ir a un hombre que no tenga miedo de sostener tu mano, que tu silencio no le
incomode, que no tema juntar piezas rotas, que no tema caer contigo. Aquel que
te mire a los ojos cuando hablas, que escucha tus tristezas y desiertos con
paciencia y aun cuando no comprenda, respeta tus sentimientos. No dejes ir a un
hombre que se interese por las cosas que haces y te brinde su apoyo. Que sea
sensato y a la vez haga locuras por verte feliz. A un hombre así ¡No lo dejes
ir!
Amar por dos
Para amar se necesitan dos… porque uno solo se cansa. No se cansa
de amar; se cansa de esperar, suponer, escuchar promesas y disculpas. Recuerda
que el amor es como una liga, se sostiene en ambas orillas por dos personas, si
uno de los dos la suelta, lastima la otra. Ama por dos quien ama a quien no le
ama o cuando se es amado por quien no podemos amar. Lo mejor es no demorarse
donde no se pueda amar. Mejor ser libre, mejor estar solo y salir a caminar por
todo ese montón de nada que seguir aferrándose a falsas ilusiones y despertar
después sobre un puñado de sueños rotos. Amas por dos cuando el otro se rinde,
cuando el otro se harta, cuando el otro no quiere quedarse. Entonces es mejor alejarse,
porque alejarse también cuenta como una hermosa prueba de amor ¡La de amor
propio! ¿El único límite que tiene el amor? Se llama “Dignidad”. Enfócate en
ti, en tus metas, en tu paz mental. La gente es pasajera y el que quiere estar
lo estará y quien no, que siga caminando. Y como dijo Mario Benedetti: “Que
llegue quien tenga que llegar, que se vaya quien se tenga que ir, que duela lo
que tiene que doler y que pase lo que tenga que pasar” ¡Pero “Amar por dos” ya
no más!
sábado, 24 de agosto de 2019
Los hombres también lloran
Muchos se preguntan: ¿Los hombres se enamoran de verdad? ¿Lloran
por una mujer? ¿Se emocionan al ver un mensaje o una llamada? Hay muchos
hombres que lloran por amor, aunque lo escondan por el orgullo y el qué dirán. Otros
dicen que no lloran, que solo se les metió un “todoloquevivimos” en el ojo. No
es un cobarde el que llora, sino quien trata de ocultarlo. El machismo de todas
las épocas nos ha hecho considerar el llanto como cosa de mujeres, cuando en
realidad solo lloran los valientes. El hombre que llora por la persona que
realmente quiere no debe sentirse inferior, no significa que es débil
¡Significa que sus sentimientos son verdaderos! Porque un hombre no llora por
cualquier cosa. Un hombre que siente amor de verdad no simula llorar para
atrapar a una mujer. El hombre también llora al perder lo que más quiere, ve
nuevamente las películas que solían ver juntos, y escuchan una y otra vez las
melodías que la hacen recordarla. No es un cobarde quien demuestra su dolor, es
valiente quien explota en llanto cuando es rechazado, cuando debe dejar ir a la
persona que más adora. ¿Qué los hombres no lloran? ¿Qué los hombres no deben
llorar? ¿Acaso piensan que los hombres no tienen sentimientos? ¿Qué no tienen
corazón? ¿Qué ellos no sufren? Los hombres también lloran, también sienten, ver
a un hombre derramar una lágrima ¡No tiene precio!
viernes, 23 de agosto de 2019
Veneno y antídoto
Dicen que el amor es un veneno. Un veneno dulce, pero al final es
un veneno que mata. Sin embargo, tiene una rara cualidad: Con el mismo veneno
se cura la enfermedad. El problema es encontrar el veneno, el antídoto, la
herida y la espina en la misma persona. Veneno y antídoto a la vez que cuando
quiere curar, cura y cuando quiere matar, mata. ¡Siempre temible pero tan
necesario! Tanto le deseas que no te deja dormir. Habita tu mente, estremece tu
piel. Siempre presente, una voz, un pensamiento, lo único que por las noches
recorre cada espacio intacto en ti, aquello por quien mueres, pero lo único que
te hace vivir. Es la combinación perfecta entre veneno y el antídoto a la vez
ya que te envenena, pero le necesitas para curarte. Es tu bien y tu mal, tu
todo y tu nada ¡El veneno que te mata lentamente y el antídoto que necesitas
para seguir viviendo! Una extraña manía de querer darte y quitarte el aliento,
las ganas, la ropa y la vida. Te consume poco a poco, sin prisa. Es una
agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura. Una deleitable
dolencia, un alegre tormento, una blanda muerte… Y por extraño que parezca,
disfrutas de tan placentero mal. Aunque intentes desprenderle de tu mente, cada
día mas falta te hace. Quieres verle, tus nervios ya no soportan su ausencia y
vas cayendo en un abismo por tenerle. Su veneno te quita la vida y con un beso
te droga, te cura y te lleva a la luna una vez más…
Lo obvio
Corría el año 2002. En el marco de una
entrevista con Juan Gabriel, el conductor Fernando del Rincón, entonces parte
del programa "Primer Impacto", le formuló una pregunta al divo de
Juárez: "A ver Juan Gabriel. Dicen que eres gay ¿Juan Gabriel es
gay?", preguntó el conductor. "Dicen que lo que se ve no se pregunta,
mijo", señaló el compositor. Dicho de otro modo: “Lo que es obvio, no es
necesario que sea explicado. Suele pasar desapercibido, precisamente por ser
obvio. Se encuentra frente a los ojos, y se puede percibir fácilmente y sin
obstáculos. Si tienes que explicar lo obvio, entonces no sé si sea tan obvio.
¿Qué tiempos son los que vivimos, que hay que defender lo obvio? Hemos caído
tan bajo que la reformulación de lo obvio es la primera obligación de un hombre
inteligente. A mucha gente le cuesta ver lo obvio, olvidando que lo que es
obvio no necesita anteojos. No ven lo que es simple porque piensan que la
verdad debe ser muy compleja y entonces se hacen de la vista gorda. Si evades
lo obvio solo para no hacerte daño… terminarás por crearte uno más grande.
Mi persona favorita
El destino pone a muchas personas en tu vida, pero solo los
mejores permanecen para siempre. Lo mejor de la vida es cuando encontramos
personas que saben hacer de pequeños instantes, grandes momentos. Cuando
alguien te hace una mejor persona ¡Debe estar en tu vida! Sabes que el mundo es
un mejor lugar gracias a ti, por ser una persona maravillosa, que siempre ayuda
a los demás ¡Gracias por existir! Me has enseñado que la gente que es feliz no
es la que tiene lo mejor de todo, sino la que hace lo mejor con lo que tiene.
Dans Vega hablaba de ti cuando dijo: “Usted me hace feliz, por tal motivo la
nombro mi persona favorita de la historia de mi vida”. La que hace mi carcajada
más sonora, mi sonrisa más brillante y mi vida mejor ¡Y lo más importante, me
acerca a Dios! Me has ayudado a sanar mis heridas del pasado y me ofreciste tu
hombro. Aguantaste mis malos ratos y me festejaste en los buenos. Gracias a ti
he vuelto a sonreír, a valorarme, sentir la vida y más… Cuando te conocí imaginé
que podía haber sido lindo, ¡Pero tú lo hiciste perfecto! Una de las mayores
muestras de amor es cuando al orar, una persona le habla a Dios de ti. ¡Gracias
por recordarme en tus plegarias! Y por darme tu mano con lo cual muestras que
¡Hay alguien en esta vida que no me suelta! Me abrazas en tus oraciones, orando
por mí y pidiendo a Dios lo mejor para mí. Tú has sido muchas veces mi empuje a
seguir, mis fuerzas para no dejarme caer, mi pañuelo de lágrimas y más. Gracias
de verdad porque a partir de ti ¡Soy una mejor persona! Te amo…
Besos bajo la lluvia
Dicen que el corazón es como un manicomio, porque siempre hay
espacio para una locura más ¡Como un beso bajo la lluvia! Un beso que no se lo
das a cualquiera ni se lo recibes a cualquiera. Los mejores besos sin duda, son
los besos bajo la lluvia. ¿Por qué? Porque son únicos y especiales… Porque no
te importa quedar empapado, porque puedes esconder las lágrimas de felicidad
que provocan al besar ¡Deseas que duren para siempre! Besar bajo la lluvia es
una de las cosas que hay que hacer antes de morir. Es un sentimiento único e
irremplazable en este mundo, hasta el frio de la lluvia siente celos del calor
que produce el amor. El psiquiatra me dijo que padezco de Pluviofilia porque
amo la lluvia y en ella encuentro paz y felicidad. Y es que en los días de
lluvia sueles amar más de lo normal con cada gota que cae, como caricias que
llegan del cielo. ¿Sabías que el pronóstico del tiempo para mañana es: Lluvia
de besos, vientos de caricias y relámpagos de amor? Por eso te recomiendo
abrigarte entre mis brazos y refugiarte en mi corazón. ¿Me concedes la lluvia
de mañana para besarte? Tú y yo; besos bajo la lluvia… ¡Piénsalo! Sería lo más
refrescante para mis labios que están sedientos de ti. Dicen que el mayor sueño
de toda mujer es que la besen bajo la lluvia, ¿Sabes cuál es el mío? Que
empiece a llover para besarte y que no pare. Amar bajo la lluvia debería ser
considerada como la octava maravilla del mundo…
lunes, 19 de agosto de 2019
Todo sale a la luz
Jesús dijo: “No hay nada escondido que no esté destinado a
descubrirse, tampoco hay nada oculto que no esté destinado a ser revelado”. ¿El
encargado de realizar esta tarea? El tiempo: Un maestro sabio que te ayuda a
descubrir las mentiras ocultas, las razones mas ciertas y las personas falsas.
Es a través del tiempo que todo sale a la luz. Lo que se hace se paga, y lo
peor es que todo vuelve… Toda mentira y engaño tiene fecha de vencimiento. Al
final todo se descubre y al mismo tiempo la confianza se muere… para siempre.
No hay disfraz que se pueda ocultar por largo tiempo ¡Toda máscara es inútil!
El mentiroso es descubierto y se queda sin respeto ni honor y sus acciones
desleales solo traerán tristeza a quienes le aman. Lo oculto se descubre y se
encubre lo que aparentemente brillaba en el más grande esplendor. La verdad es
incapaz de permanecer en las sombras por siempre. En el tiempo exacto y en el
momento preciso saldrá a la luz y no se podrá encontrar salvación en ninguna
mentira, porque la mentira para ser verdad siempre necesitará de ayuda y por
mucho que corra un engaño, no habrá un lugar donde no llegue la verdad. Por
tanto, la tranquilidad de no tener nada que ocultar ¡No tiene precio!
Ocúpese
Teresa de Calcuta dijo en una ocasión: “Quien dedica tiempo a
mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo para andar hurgando en la vida de los
demás”. Dicho de otro modo: “Cada cual debe ocuparse únicamente de aquello que
entienda o le competa, porque es vergonzoso ocuparse en los asuntos de los
demás e ignorar los suyos”. Una mente ocupada, con su alma limpia y su corazón satisfecho,
no se meterá jamás en la vida de nadie. El mejor momento de nuestras vidas es
cuando no nos interesa la vida de nadie y nos importa un carajo lo que piensen
de nosotros. Deja de estar pendiente de un montón de cosas y que no te provoque
aclararle a nadie lo que eres. Mientras estés al tanto de “tus asuntos” las
dudas ajenas no te deben importar, tampoco si te quieren o no. Ocúpese de sí
mismo y haga las cosas que le apasionen. El trabajo nos aleja de tres grandes
males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad y ¡Una mente ocupada no
extraña! Cuando te ocupas dejas de andar llorando por tonterías, le das la cara
a tus errores y los conviertes en lecciones. El estar ocupado te despreocupa de
si te aceptan, si te hablan, o te ignoran. Te da igual si pasas desapercibido
¡Vives más tranquilo! El día que alguien te conozca basado en lo que eras hace un
año atrás, esa persona dejó de conocerte porque tu evolución es constante. Entonces
preséntate de nuevo ¡Mucho gusto!
Una mujer diferente
Una mujer diferente a las demás no es perfecta, es única siendo
siempre ella misma. No es bonita, porque esa palabra es muy pequeña. No es por
guapa, aunque quizás lo sea… y no necesita destacar para que la miren. Una
mujer diferente es fuerte y con una mirada que llama la atención. Con una alta
autoestima determinada por si misma sin depender de alguien que le diga cómo
debe ser. Se ama con sus estrías, su celulitis, con sus manchas. Se acepta con
sus kilos de más o sus kilos de menos. Con sus piernas grandes o flaquitas. Se
toma su tiempo para aceptar su esencia la cual no está hecha para ser
comprendida por todo el mundo ¡Y es feliz! Una mujer diferente a las demás
trabaja día a día por construir un hogar y un mundo mejor y se ríe sin temor al
futuro porque ¡Sabe que puede lograrlo todo! Tropieza y se levanta, después de
llorar, ríe. Odia en vez de amar y vibra con lo simple de la vida. Sufre ante
el sufrimiento ajeno. Una mujer diferente enfrenta sus temores y dudas y deja
atrás todo lo que la obstruya. No le interesa un hombre que prefiera a una
mujer fácil por no jugársela por una que valga la pena. Mucho menos se siente
mal si es rechazada. Ella tiene claro que la gente normalmente rechaza lo
costoso porque no puede pagarlo. Escoge con quien relacionarse y siempre serán
aquellas personas que la traten como la mujer valiosa y maravillosa que es. Una
mujer diferente sabe que no es la mejor mujer del mundo, pero está segura de
que es una versión muy difícil de encontrar…
Nacimos solos, morimos solos
“Nacimos solos, vivimos solos y morimos solos, dijo Orson Wells.
Solo a través del amor y la amistad podemos hacernos la ilusión, por un
momento, de que no estamos solos.” Nacemos en medio de dolores, crecemos,
luchamos, nos enfermamos, morimos mientras otros están naciendo para que, al igual
que nosotros, vivan también su propia comedia. Al estar solos, nos esforzamos a
través de nuestros actos para huir de esa soledad ocupando gran parte del
tiempo buscando compañía y de ahí vienen los grandes tormentos de nuestra vida.
Olvidamos que la soledad enseña más que cualquier compañía y acabamos siendo
copias, habiendo nacido originales. Vivimos la vida con frenesí, convertidos en
una sombra, una ilusión o una ficción. Algunos piensan que no venimos a este
mundo para estar solos… pero yo creo que tampoco vinimos a este mundo para
estar con cualquier persona. Prefiero la tranquilidad de la soledad que la decepción
de una mala compañía. Llegamos a este mundo sin nada ni nadie y nos iremos de
El sin nada ni nadie. Solo seremos el recuerdo de lo que fuimos para los demás.
Debemos aprender a caminar solos, a reír, a jugar y a llorar sin amigos, sin
amor y a veces incluso sin familia, porque solo llegamos y solo nos vamos.
martes, 13 de agosto de 2019
El maestro Quiñonez
Un proverbio en el Nuevo Testamento decía: “Médico, ¡Cúrate a ti
mismo! Para hacer referencia a que los médicos son malos pacientes, debido a
que deberían escuchar sus propios consejos. Al respecto mi abuela decía: “Nunca
confíes en un cocinero flaco, porque si la comida es buena ¡El cocinero debe
comer mucho!” Existen personas que les encanta andar corrigiendo a los demás,
haciéndoles ver cada uno de sus errores, cuando los suyos son más grandes y
evidentes. Aquí es donde se cumple aquello de “Corrígete a ti mismo”. Una
persona que dedica tiempo a mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo para criticar
a otros. Usualmente, el que se la pasa señalando, “sabe” como vivir la vida de
otros menos la propia. Como el maestro Quiñónez, que nada sabe Él, y quiere dar
lecciones. Se la pasa criticando vidas ajenas, hijos ajenos, maneras ajenas de
hacer las cosas y le fascina juzgar a los demás, únicamente porque los demás
pecan de forma diferente a ellos. Señalar a los demás no te convierte en mejor
persona. Al contrario, genera mucha energía negativa en tu vida y solo habla
mal de ti. Das mucha pena, que, por quedar bien con otros, dejes en mal a
otros. Antes de juzgar y criticar a los demás a sus espaldas deberías ver tu
espejo y corregirte. Hazte un auto examen y pregúntate cuantos errores has
cometido y cuantos son tus defectos. Verás después que ya ni tendrás ganas de
seguir escudriñando en las fragilidades de los demás.
lunes, 12 de agosto de 2019
¿Discutir? Que pereza...
“La única forma de salir ganando de una discusión, decía Dale
Carnegie, es evitándola”. Y evitar no siempre es cobardía, a veces es prudencia
y otras, inteligencia. Recuerdo que mi abuela me decía: “Dos no se pelean si
uno no quiere”. Porque cada discusión tiene, al menos tres puntos de vista: el
tuyo, el del otro y los de los demás. Discutir con un necio nos rebaja a su
nivel y por su experiencia ¡Nos gana! Alguien dijo que discutir es como montar
en una bicicleta estática. Te esfuerzas, sudas, te cansas, te agotas y al final
no te lleva a ningún lado. Deja que el necio hable y hable. Mientras más habla
se hunde más en su miseria. Y tú no digas nada de lo que te puedas arrepentir ¡Al
final saldrás victorioso! Si puedes elegir entre tener la razón o ser amable,
elige siempre ser amable. Y cuando noten que no eres la misma persona de antes,
que has dejado de darle importancia a muchas cosas, entonces se irán sobre ti.
Te acusarán de haber cambiado, de haber perdido la sensibilidad. Incluso de ser
indiferente a los sentimientos. Querrán discutir contigo atacándote de mil
maneras, solo por haber dejado de sufrir por cosas que ya no valen la pena. No
hay mejor testigo que el tiempo para poner la verdad y la mentira en su lugar.
La peor pérdida de tiempo es discutir con un ignorante que se cree sus propias
mentiras y no le importa la verdad o realidad sino sólo la victoria de su
necedad. Al igual que un niño, su paciencia es infinitamente mayor que la tuya ¡Y
nunca se cansará de responderte!
Historias de historias
No existe historia que se escriba sola, se necesitan de las
palabras para que se empiecen a escribir. Pero no todas empiezan con “Había una
vez” ni tampoco todas terminan con un “Felices para siempre”. Algunas historias
jamás pasan del prólogo, pero “adiós” tampoco significa el punto final. Hay
unas que terminas de escribir con lágrimas en los ojos y cada vez que la
vuelves a leer, te vuelve a hacer llorar de nuevo. Existen historias fugaces
que duran toda una vida e historias eternas que duran solo una noche. Historias
de grandes amigos que pueden llegar a convertirse en grandes desconocidos e
historias con desconocidos que nos vuelven inseparables. También abundan las
historias falsas como cuando de pronto llegó ese alguien y creíste que tu vida
cambiaría con menos complicaciones y más sonrisas ¡Confiando que lo mejor
estaba por venir! Y no era verdad… He oído muchas historias de personas que ni
soñaban conocerse pero que terminan encontrándose en el instante menos esperado,
pero en el momento indicado. Sin embargo, aunque el destino los ponga en el
mismo camino, dependen de los dos caminar juntos. Personalmente me encantan las
historias que agradan más al corazón que a la vista, que se meten primero en el
alma y después por los ojos. Historias de instantes sinceros…
sábado, 10 de agosto de 2019
Una lengua viperina
Tales de Mileto dijo en una ocasión: “La cosa más difícil es
conocernos a nosotros mismos; la más fácil es hablar mal de los demás”. Muchas
personas emplean toda su vida ocupándose de los demás; una mitad para amarlos y
la otra mitad para criticar la conducta de ellos. Difícilmente piden una
disculpa, necesitan siempre destacar lo negativo de aquellos que tienen más
cerca, sean familiares o no. Haciendo esto ignoran sus propios defectos,
limitaciones y miserias humanas, que no son pocas. “Aquellos cuya conducta se
presta más al escarnio, dijo Moliere, son siempre los primeros en hablar de los
demás”. Una lengua viperina utiliza la práctica común de hablar mal de otros,
incluso aunque no se tengan argumentos. Sus juicios y comentarios son generados
por sus propios rencores infundados. Hablar mal de los demás no es más que una
excusa para hablar bien de nosotros mismos ¡Una forma deshonesta de
autoalabanza! Una lengua viperina olvida que el daño que le hace a los demás,
hace más en ella misma, que en la persona que pretende lastimar. La venganza,
el rencor, hablar mal de alguien queda en la memoria de la lengua viperina y
eso le hará vivir en la oscuridad y en la amargura. ¡Constantemente tropieza
más seguido con la lengua que con los pies! Se me olvidaba: “Esa persona que
viene y te habla mal de los demás, es aquella que después va con los demás a
hablar mal de ti”. Después no digas que no te lo advertí…
viernes, 9 de agosto de 2019
Estrellarse contra la realidad
Leí en alguna parte que “Cuando no se puede manejar la situación,
es mejor estacionarla”. Siempre es mejor frenar las cosas de buena manera, y no
estrellarse de manera horrorosa al no poder controlar la situación. Sin
embargo, muchas veces sabemos que vamos a estrellarnos y aún así aceleramos. ¿Por
qué? ¡Es muy simple! Es esa manía de negarse a la realidad, de vivir de ilusiones,
de flotar en fantasías. Persistir en ello asegura la caída y la muerte por “realidades”.
Uno de los principales problemas del sufrimiento humano, es negarse a aceptar
lo que la realidad siempre tiene preparado para nosotros. Negarse a aceptar la
realidad nunca hará que desaparezca y no hay peor ciego que el que ya vio la
realidad y decide volver a cerrar los ojos. Negar la realidad es lo más fácil del
mundo. Mucha gente lo hace, pero la realidad sigue siendo realidad. Podrás
girar la cabeza, huir o negar la evidencia; pero no por eso va a dejar de ser
verdad ¡Al final la dura realidad acabará por alcanzarte y no podrás ignorar
sus consecuencias! Es duro aceptar la realidad, pero es mucho más duro aceptar
una mentira como real. Prefiere siempre una verdad dolorosa y entiende que hay cosas
que están destinadas a suceder. Aceptar la realidad es tan doloroso como necesario,
si te niegas a aceptarla, el más afectado eres tú.
jueves, 8 de agosto de 2019
martes, 6 de agosto de 2019
lunes, 5 de agosto de 2019
Cuando perder es ganar
Salomón dijo en una ocasión: “He sido testigo, en esta vida, que:
El corredor más veloz no siempre gana la carrera; no siempre el sabio tiene qué
comer; quien es inteligente no es necesariamente rico y el bien instruido no
siempre tiene éxito en la vida. El ejército más poderoso no siempre gana la batalla,
aunque esté mejor preparado para el combate.” ¿Será que aquel, tratando de ser
el mejor, no gana porque se cree que es el mejor? Unos se consuelan diciéndose a
sí mismos que “a veces se gana y a veces se pierde… ¡Pero siempre se aprende!”.
Y están los que envían a otros a apostar y arriesgar con un susurro en el oído:
“¡Gana o pierde, pero siempre inténtalo y lucha! Y yo me pregunto: “¿Por qué no
van ellos?” Ahora, el hecho de que siempre no se gana no debe arrojarte al sofá
de la autocompasión y el acostumbramiento. Deja de hacerte la víctima ¡Eres un
guerrero! Tal vez no estás tan bien como quisieras, pero tampoco estás mal como
otros quisieran. Dite a ti mismo: “Aún estoy aquí, de pie, dando pelea y puede
ser caiga. Sin embargo, de algo estoy seguro ¡En el suelo no me quedo! No te dejes
engañar acerca de que el mal casi siempre gana al bien, básicamente porque los
objetivos del mal y el camino para llegar a ellos son más fáciles que los que
persigue el bien. Da por bien perdido lo perdido, sobre todo cuando te sirva
para liberarte de algo. A veces se gana más cuando se pierde que cuando se
gana. Existen batallas que empobrecen al vencido, más no enriquecen al
vencedor.
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