viernes, 23 de agosto de 2019

Veneno y antídoto



Dicen que el amor es un veneno. Un veneno dulce, pero al final es un veneno que mata. Sin embargo, tiene una rara cualidad: Con el mismo veneno se cura la enfermedad. El problema es encontrar el veneno, el antídoto, la herida y la espina en la misma persona. Veneno y antídoto a la vez que cuando quiere curar, cura y cuando quiere matar, mata. ¡Siempre temible pero tan necesario! Tanto le deseas que no te deja dormir. Habita tu mente, estremece tu piel. Siempre presente, una voz, un pensamiento, lo único que por las noches recorre cada espacio intacto en ti, aquello por quien mueres, pero lo único que te hace vivir. Es la combinación perfecta entre veneno y el antídoto a la vez ya que te envenena, pero le necesitas para curarte. Es tu bien y tu mal, tu todo y tu nada ¡El veneno que te mata lentamente y el antídoto que necesitas para seguir viviendo! Una extraña manía de querer darte y quitarte el aliento, las ganas, la ropa y la vida. Te consume poco a poco, sin prisa. Es una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura. Una deleitable dolencia, un alegre tormento, una blanda muerte… Y por extraño que parezca, disfrutas de tan placentero mal. Aunque intentes desprenderle de tu mente, cada día mas falta te hace. Quieres verle, tus nervios ya no soportan su ausencia y vas cayendo en un abismo por tenerle. Su veneno te quita la vida y con un beso te droga, te cura y te lleva a la luna una vez más…