Para amar se necesitan dos… porque uno solo se cansa. No se cansa
de amar; se cansa de esperar, suponer, escuchar promesas y disculpas. Recuerda
que el amor es como una liga, se sostiene en ambas orillas por dos personas, si
uno de los dos la suelta, lastima la otra. Ama por dos quien ama a quien no le
ama o cuando se es amado por quien no podemos amar. Lo mejor es no demorarse
donde no se pueda amar. Mejor ser libre, mejor estar solo y salir a caminar por
todo ese montón de nada que seguir aferrándose a falsas ilusiones y despertar
después sobre un puñado de sueños rotos. Amas por dos cuando el otro se rinde,
cuando el otro se harta, cuando el otro no quiere quedarse. Entonces es mejor alejarse,
porque alejarse también cuenta como una hermosa prueba de amor ¡La de amor
propio! ¿El único límite que tiene el amor? Se llama “Dignidad”. Enfócate en
ti, en tus metas, en tu paz mental. La gente es pasajera y el que quiere estar
lo estará y quien no, que siga caminando. Y como dijo Mario Benedetti: “Que
llegue quien tenga que llegar, que se vaya quien se tenga que ir, que duela lo
que tiene que doler y que pase lo que tenga que pasar” ¡Pero “Amar por dos” ya
no más!