En una ocasión Pablo escribió a Timoteo: “Tú debes seguir creyendo
(1) en lo que aprendiste, y que sabes que es la verdad. Después de todo,
conoces muy bien (2) a quienes te lo han enseñado. Recuerda que (3) desde niño
has leído la Biblia, y que sus enseñanzas pueden hacerte sabio, para que
aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo. Todo lo que está escrito
en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para
ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los
servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el
bien”. Ahora y basado en lo que has aprendido, ¿Cómo sabes que lo que te han
enseñado es una verdad o una mentira? Hechos 17: 11. ¿Qué tanto conoces de
quien te enseña? Esdras 7: 6. ¿Desde cuándo y con qué regularidad haz venido
aprendiendo? Hebreos 10: 25 y Deuteronomio 31: 12. ¡Ten mucho cuidado del
peligro inminente que representan las falsas doctrinas y sus escritos humanos!
1 Timoteo 1: 4, 1 Timoteo 6: 20 – 21, 2 Timoteo 2: 14, 2 Timoteo 2: 23, Efesios
4: 14. Recuerda que la Biblia no es un libro humano y que Dios controló sus
escritos, 1 Pedro 1: 20 – 21 y que primero fue audible a los profetas, Jeremías
1: 7 – 10. Luego se reveló en persona a través de Jesús, Hebreos 1: 1 – 2 y la
palabra fue hecha carne según Juan 1: 14. Jesús mismo da testimonio de su
veracidad en Juan 1: 16 y posteriormente fue traspasada a los discípulos, Lucas
10: 16. La Biblia contiene el testimonio de los apóstoles, Lucas 1: 1 y tiene
el poder de actuar dentro y fuera del ser humano, Hebreos 4: 12. Tiene una
revelación especial, Mateo 11: 25 y es una luz que brota en el corazón, 2 Corintios
4: 6. ¡Y mejor aún! La Palabra de Dios nos dice como ser salvos, Romanos 1: 16.