viernes, 6 de octubre de 2017

Saborea despacio...


En la actualidad, hay un gran movimiento llamado "Slow Food". La Slow Food International Association, cuyo símbolo es un caracol, tiene su central en Italia. Lo que el movimiento "Slow Food" predica es que las personas deben comer y beber lentamente, dándose tiempo para saborear los alimentos, disfrutando de la preparación, en convivencia con la familia, con los amigos, sin prisa y con calidad. La idea es contraponerse al espíritu del "Fast Food" (Comer rápido) y lo que éste representa como estilo de vida. La sorpresa, por tanto, es que ese movimiento de "Slow Food" está sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado "Slow Europe". La base de todo está en el cuestionamiento de la "prisa" y de la "locura" generada por la globalización, por el deseo de "tener en cantidad" (nivel de vida) en contraposición al de "tener en calidad", "calidad de vida" o "calidad del ser". Esa "slow attitude" (actitud sin prisa) está llamando la atención hasta de los estadounidenses, discípulos del "fast" (rápido) y del "do it now!" (¡Hágalo ya!). No significa hacer menos ni tener menor productividad.  Significa trabajar y hacer las cosas con "más calidad" y "más productividad", con mayor perfección, con atención a los detalles y con menos estrés. Significa retomar los valores de la familia, de los amigos, del tiempo libre, del placer del buen ocio, y de la vida en las pequeñas comunidades. Del "aquí" presente y concreto, en contraposición contra lo "mundial" indefinido y anónimo. Significa retomar los valores esenciales del ser humano, de los pequeños placeres, de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y convivir, y hasta de la religión y de la fe.