En la actualidad, hay un gran movimiento llamado "Slow
Food". La Slow Food International Association, cuyo símbolo es un caracol,
tiene su central en Italia. Lo que el movimiento "Slow Food" predica
es que las personas deben comer y beber lentamente, dándose tiempo para
saborear los alimentos, disfrutando de la preparación, en convivencia con la
familia, con los amigos, sin prisa y con calidad. La idea es contraponerse al
espíritu del "Fast Food" (Comer rápido) y lo que éste representa como
estilo de vida. La sorpresa, por tanto, es que ese movimiento de "Slow
Food" está sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado
"Slow Europe". La base de todo está en el cuestionamiento de la
"prisa" y de la "locura" generada por la globalización, por
el deseo de "tener en cantidad" (nivel de vida) en contraposición al
de "tener en calidad", "calidad de vida" o "calidad
del ser". Esa "slow attitude" (actitud sin prisa) está llamando
la atención hasta de los estadounidenses, discípulos del "fast"
(rápido) y del "do it now!" (¡Hágalo ya!). No significa hacer menos
ni tener menor productividad. Significa
trabajar y hacer las cosas con "más calidad" y "más
productividad", con mayor perfección, con atención a los detalles y con
menos estrés. Significa retomar los valores de la familia, de los amigos, del
tiempo libre, del placer del buen ocio, y de la vida en las pequeñas
comunidades. Del "aquí" presente y concreto, en contraposición contra
lo "mundial" indefinido y anónimo. Significa retomar los valores
esenciales del ser humano, de los pequeños placeres, de lo cotidiano, de la
simplicidad de vivir y convivir, y hasta de la religión y de la fe.