No vale la pena aferrarte a algo que te hace daño, solo porque te
hace sonreír de vez en cuando. Que el amor ocurra no es un milagro ¡El milagro
es lograr que sobreviva! Por eso cuando algo no vale la pena, por muchas
vueltas que le des no va a cambiar su valor. Solo el tiempo te demostrará quien
vale la pena y quién no. A quien le importas y a quien le dejaste de importar.
Quien cree en ti y quien nunca lo hizo. No vale la pena escribirle, si no
responde. No vale la pena llamarle, si no te habla. No vale la pena extrañarle,
si no te quiere. Una manera de demostrar
la inteligencia es sabiendo ignorar lo que no vale la pena. Solo el tiempo te enseñará
a valorar, a esa gente incondicional que siempre está contigo. La vida te dice
quien vale la pena, quien no vale la pena y quien no merece ni un minuto en tu
vida. Poco a poco la vida te enseña por quien debes luchar y a quien renunciar…
Sin embargo hay una gran diferencia entre renunciar y darse cuenta de que no
vale la pena. Por eso enamórate de quien te dedique canciones, te mande
mensajes por la noche, te diga que te quiere y se trague su orgullo ¡Si es
difícil de conseguir es porque vale la pena! “Todo es difícil, dice Havey
Keitel, y todo lo que vale la pena es difícil”. Una persona que vale la pena es
aquella que lucha por ti un día y al otro y al otro y no se cansa nunca de
darlo todo por ti. Encontrar a una persona que conozca todos tus defectos y aun
así piense que vales la pena… es lo mejor que te puede pasar. Una cosa más:
“Nada vale la pena si tú no eres feliz”.