A veces no necesitas a alguien que te levante del suelo, sino
alguien que se acueste a tu lado hasta que te puedas levantar. A veces
necesitamos a alguien que simplemente este ahí. No para arreglar nada ni hacer nada
en particular, sino solamente para hacernos sentir que estamos cuidados,
apoyados y queridos. ¡Se honesto con los demás! Tal vez no tienes las palabras
para hacer sentir mejor a otra persona, pero tienes los brazos para abrazar,
los oídos para escuchar aquello de lo que otros necesitan decir. Lo más hermoso
que le podemos regalar a una persona es nuestro tiempo y una mano para unirse a
la suya. Desde luego no somos las mejores personas del mundo, podríamos mejorar
cientos de cosas diferentes, pero eso es lo bonito que aun siendo imperfectas
siempre nos vamos a apoyar. A veces el paraíso es apoyar la cabeza en el hombro
correcto y sentirse cobijado. Cuando amamos entregamos lo mejor de nosotros,
porque amar es dar, valorar, respetar, construir, compartir, apoyar y
comprender.