sábado, 4 de agosto de 2018

Rencor

No guardes rencor a las personas que no cumplieron con tus expectativas. No te entristezcas con la actitud de algunas personas; no pierdas tu serenidad. La rabia hace mal a la salud, y el rencor daña el hígado. Reconoce que tú eres quien esperó de otros más de lo que ellos podían dar. No es posible remontar el vuelo si estamos anclados al suelo presos del rencor. ¿Sabías que guardar rencor es como dejar a un enemigo vivir dentro de tu cabeza? El rencor pilota tu alma cuando se impone ante el perdón. Para alcanzar la felicidad, tenemos que derrotar la tentación de la venganza, la rabia, el orgullo, la ira y el disgusto. Jesús dijo: “Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su padre que está en el cielo también les perdones a ustedes sus pecados. Es más infeliz el que odia que el odiado. Y ¿De veras quieres que  el rencor tenga ese poder sobre ti y tus sentimientos? Guardar rencor es ese tipo de cosas innecesarias que no se deben guardar en el corazón. Los boomerangs del odio, del rencor y de la crítica se revuelven contra nosotros mismos y nos llenan de enfermedad y dolor. El rencor no te queda bien, así que déjalo para otros y vístete de elegante indiferencia. Quiérete, cuida tu salud y entrega todo tu amor. Olvida rápido lo que te haga daño y perdona. ¡Mereces una vida llena de alegrías!