Si estás pasando una crisis, pregúntate si antes le arruinaste la
vida a otra persona, si así fue, no te victimices ni maldigas, hazte cargo de
lo que hiciste y prepárate a enfrentar lo que la vida te está cobrando. Antes
de preguntar a alguien por que te odia, pregúntate a ti mismo porque realmente
te importa. Antes de hablar pregúntate si lo que vas a decir, es verdad, si es útil,
y en fin si vale la pena perturbar el silencio con lo que quieres decir. En
lugar de preguntarte por qué te suceden siempre las mismas cosas, pregúntate
por que eliges siempre los mismos caminos. Recuerda que el pasado es experiencia
que el presente aprovecha y el futuro perfecciona. Pregúntate si lo que estás
haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana. Si la respuesta
es “no”, no sigas perdiendo el tiempo. Lo que hagas en el día de hoy es muy
importante… Habrás pagado por ello un día de tu vida… Pregúntate a menudo
¿Merece la pena el precio? No te molestes con el pozo que está seco porque no
te da agua, mejor pregúntate porque sigues insistiendo en sacar agua en donde
ya ha quedado claro que no puedes encontrarla. Para no quedarte estancado en
una preocupación, transfórmala en ocupación. Y pregúntate: ¿Qué puedo hacer para
mejorar esta situación o para sentirme mejor ante ella? Y ¡Hazlo!