Adoro a la gente detallista, no de comprar regalos sino de regalar
momentos. Una de las cosas más hermosas del mundo es encontrar a alguien que
con solo un ratito de su tiempo, nos mejore todo nuestro día y nos haga vivir
momentos increíbles en los que deseas que no se acaben nunca. Momentos que tal
vez no duren para siempre pero que merecen tanto la pena que te da igual hasta
donde tengas que arriesgar. Después de los grandes momentos, quedan
inolvidables recuerdos. ¿Sabías que lo mejor de la vida no se planea?
Simplemente sucede. Son esos momentos especiales por si solos que al ser
compartidos con personas que quieres se convierten en momentos inolvidables. El
valor de las cosas no está en el tiempo que duren, sino en la intensidad con la
que sucedan. La vida se cuenta en años que no significan nada y momentos que
significan todo. Por eso existen momentos inolvidables, las cosas inexplicables
y las personas inolvidables.