Simón Weil decía que: “Todos leemos, pero también somos leídos por
otros lo que origina interferencias entre ambas lecturas. Obligar a alguien a
que sea a sí mismo como le leen los demás es ESCLAVITUD. Obligar a los demás a
que nos lean como nos leemos a nosotros mismos es CONQUISTA”. Lo anterior deja
claro que jamás puedes obligar a nadie cambiar. Cada quien es como quiere ser, actúa
como quiere actuar y a su vez, pierde lo que quiere perder. Tampoco puedes
obligar a nadie a quedarse donde no quiere estar. ¡Si se queda lo hará por amor
no por obligación! ¿Quieres quedarte o te sientes obligado para complacer a
otros? No sabes si seguir intentándolo o dejarle ir. ¿Esperas algo que solo
duele o estás dispuesto a dejar ir todo lo que quieres? ¿Quieres dar o quieres
obligar a recibir? No se puede obligar a alguien a que te escriba, a que te
llame, a que este contigo y mucho menos a que te quiera. No es bueno forzar las
cosas, porque entonces ya no se harían de corazón. ¿Puedes obligarte a querer?
¿Puedes obligar a otros a que te quieran? ¡No se le puede obligar a alguien a
sentir lo que no siente! Gandhi decía que: “No podemos forzar a una persona a
amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás”.
Caso contrario, no puedes obligar a nadie a que se quede si quiere irse, pero
ellos tampoco podrán obligarte a que les dejes volver cuando te necesiten…