Una manera de demostrar la inteligencia es sabiendo ignorar lo que
no vale la pena. Mi abuela decía: “A palabras necias y vacías, oídos ausentes”.
Existen personas que no escuchan y que piensan que solo lo que ellos dicen es
lo correcto. Quino decía que: “Lo malo de la familia humana es que todos
quieren ser el padre”. De ahí, que la actitud más productiva es el respeto
silencioso. Un león nunca voltea, cuando un perro ladra. Si quieres ser feliz, no
creas todo lo vez ni escuches todo lo que dicen. Vuélvete sordo ante los
chismes, son palabras necias de personas que no valen la pena. Hay una historia
detrás de cada persona. Hay una razón por la cual son como son. Es importante
pensar en ello antes de juzgar a nadie. Es propio de mentes estrechas, embestir
contra todo aquello que no les cabe en la cabeza. Mark Twain decía que: “La
palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan
efectiva como un silencio preciso”. Algunos creen que los demás callan para no
responder a sus provocaciones. Yo creo que donde la ignorancia habla, la
inteligencia calla. Cuanto más dulces sean las palabras de una persona, más convincente
es. Por tanto, a palabras necias emitidas por laringes cretinas, trompas de Eustaquio
en estado de letargo.