martes, 22 de enero de 2019

Si las cosas van mal


Si las cosas van mal… ¡No vayas con ellas! No puedes quedarte preso de las circunstancias ni dejar que te envuelvan en su camino. Hay cosas que debes darlas por perdidas, aunque sepas donde encontrarlas. En vez de molestarte con un pozo seco que no te da agua, deberías preguntarte porque insistes en sacar agua en donde ya ha quedado claro que no puedes encontrarla. No insistas en ir donde no te inviten ni te metas en lo que no te importa. Hay que saber dónde ir, donde permanecer, donde retirarte, donde visitar y donde nunca regresar. Recuerda que inteligente es aquel que sabe dónde quiere ir, pero más inteligente aun, el que sabe dónde ya no tiene que regresar. A veces es mejor retirarse y dejar un bonito recuerdo, que insistir y convertirse en una verdadera molestia. Si las cosas no van como deseas, no tienes que irte con ellas, llévalas adonde tú quieres que vayan. Controla tus emociones como lo haces con tus ojos. No puedes controlar todo lo que vez. Muchísimos estímulos visuales te bombardean cada instante. Tomas nota y apartas la mirada para focalizarla en lo que verdaderamente te interesa y le restas impacto al resto. Haz lo mismo con tus emociones, para que influyan menos en tu visión del problema. La puerta de la felicidad se abre hacia dentro. Hay que retirarse un poco para abrirla ¡Si uno la empuja, la cierra cada vez más!