¿Sabías que se puede cantar, hablar, reír, llorar y gritar en
silencio? A eso se le llama escribir… Supongo que la vida se trata de eso… ser
feliz un día y sufrir el otro. ¡Crecemos sabiendo reír y llorar! Llorar no
significa ser débil, sino que los sentimientos son verdaderos. Nacimos llorando
porque llorar es coger aire, sacar lo que nos duele y seguir adelante. ¿Sabes
lo que es llorar en la cama para que nadie te vea y seguir llorando cuando
todos duermen para que nadie te escuche? ¡Yo sí! Odio ese nudito en la garganta
que te avisa que ya vas a llorar, se cristalizan tus ojos y tratas de dormir
para no pensar, callar para no gritar, reír para no llorar, olvidar para no
sufrir. Solo quieres estar solo y al mismo tiempo deseas un abrazo. Cuánta
razón tenía Charles Chaplin cuando dijo: “Ríe y el mundo reirá contigo; llora y
el mundo dejará que llores solo”. Me encanta la expresión: “Rompí a llorar”. No
se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír. Hay una
delgada línea que los separa. ¡Una cuerda! Creo que vale la pena hacerse añicos
por esos sentimientos. Quien suele llorar profusamente, también es capaz de
reír con intensidad al instante siguiente. Los mejores recuerdos van conmigo a
todos lados… Yo decido si reír o llorar….