La otra vez vi
caminar a un ciempiés ¡Que complicación y qué maravilla! lo hace tan bien que
parece fácil. De pronto recordé una historia de un pequeño ciempiés que sintió
que debía lanzarse a caminar, y le preguntó inquieto a su madre: -Para andar,
¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los
de la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y
por qué? -Cuando quieras andar, hijo mío -le respondió la madre- deja de cavilar
y... anda". Razón tenía Anthony de Mello cuando dijo que «Aquéllos que deliberan exhaustivamente
antes de dar un paso, se pasan la vida sobre una sola pierna».