domingo, 30 de abril de 2017

Que nadie te diga hasta donde llegar


Había una vez dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación. Cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua. El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo. Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: – ¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas! En ese instante apareció un anciano y dijo: – “Yo sé cómo lo hizo”… - “¿Cómo?”. Le preguntaron al anciano, y él contestó: - “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo”