Lo que está causando tanta desarmonía en las organizaciones es el
hecho de todos quieren llevar la batuta, pocos quieren encargarse de los
instrumentos y ninguno quiere cargar el ventilador. ¿Sabía usted que el 99% por
ciento de todo el liderazgo no se da desde la cima, sino desde la zona
intermedia de una organización? Si Usted es una persona que quiere dirigir,
aportar, hacer su contribución, no tiene por qué limitarse por la posición que
ocupa en la empresa. Sin tener un cargo directivo, puede aprender a influenciar
como líder a otros, aún si las personas para las que trabaja no son buenos
líderes porque un líder de la zona intermedia influye en las personas en
cualquier área de la organización, y entiende que al ayudar a otros, se ayuda a
sí mismo. Muchos de nosotros pensamos que tenemos la visión y habilidad de
llevar la organización a un mayor nivel, que las cosas se podrían hacer mejor a
nuestra manera, pero simplemente no tenemos la autoridad necesaria y eso nos
genera tensión, frustración. Entonces, ¿cómo hacemos para no quedar “atrapados
en la mitad de la escalera?” La clave
está en aprender a dirigir e influir con los límites que otros nos ponen. Los
buenos líderes no piensan en términos de límites sino en términos de
oportunidades. Usted no tiene que ser el líder principal para causar un impacto
en su trabajo o su vida. Un buen líder
debe ser capaz de dirigir a sus seguidores, a sus supervisores y
compañeros de su mismo nivel. Independientemente de cuántos líderes tengan una
organización, siempre necesitará más líderes de la zona intermedia que añadan
valor!