Un director de una importante compañía se detuvo a comer en un
restaurante. Sin estar muy hambriento, pidió la mitad de un sirloin.
Normalmente el mesero le habría dicho que no servían medias órdenes, pero
considerando la importancia del comensal, el mesero accedió. Sin que el mesero
se diera cuenta el director le siguió hasta la cocina para decirle que lo
deseaba término medio. Dentro de la cocina el mesero le dijo al chef:
"necesito la mitad de un sirloin para un verdadero idiota" al decir
esto se dio cuenta que el director estaba tras de él y sin perder la compostura
dijo: "y la otra mitad para éste caballero".