sábado, 29 de abril de 2017

¡No he muerto!


No he muerto… solo me fui antes y no quiero que me recuerdes con lágrimas como aquella que no tiene esperanza. No he muerto… aunque mi cuerpo no esté, siempre mi presencia se hará sentir. Seré el silencio de nuestra habitación que tanto compartimos, seré la brisa que besará tu rostro, seré un recuerdo dulce  que asista a tu memoria, seré una página bonita de tu historia. ¡Perdóname! Tomé únicamente uno de los trenes anteriores y se me olvidó decirte que: ¡No he muerto! Solo me fui antes… Me alejé de ti porque sabía que merecías ser feliz con alguien que estuviera contigo, porque sin pensarlo dos veces lo único que yo quiero es tu felicidad, aunque tenga que ser sobre la mía. Te dejé ir porque sé que me olvidarás más rápido de lo que yo te pueda olvidar a ti, porque sé que te dolerá menos de lo que a mí me está doliendo. Tallado en mi corazón llevaré tu nombre completo, al lado de mi dolor, que superaré con el tiempo. Jorge Luis Borges decía que: “Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de si y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Esta es una prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad”. A partir de hoy voy a amarte con silencios, provocando ausencias e inventando distancias. Desde hoy voy a amarte sin poemas, con muy pocas acciones y escasas palabras… a partir de hoy voy a amarte así… Aunque parezca… ¡No he muerto!