Podemos rastrear ésta histórica tradición cristiana de Los Estados
Unidos, desde el año 1623. En noviembre de 1623, después de recolectar la
cosecha, el gobernador de la colonia de peregrinos "Plymonth
Plantation" en Plymonth, Massachusetts, declaró: "Todos ustedes,
peregrinos, con sus esposas e hijos, congréguense en la casa comunal, en la
colina... para escuchar al pastor, y dar gracias a Dios todo poderoso por todas
sus bendiciones." El 3 de octubre de 1863, Abraham Lincoln, proclamó por
carta del congreso, un día nacional de acción de gracias. "El último
jueves de noviembre, como un día de acción de gracias y adoración a nuestro
padre benefactor, quien mora en los cielos" en esta proclamación de acción
de gracias, el 16º presidente dice que es... "anunciado en las Sagradas
Escrituras y confirmado a través de la historia, que aquellas naciones que
tiene al Señor como su Dios, son bendecidas. Pero nosotros nos hemos olvidado
de Dios. Nos hemos olvidado de la mano que nos preserva en paz, nos multiplica,
enriquece y fortalece. Vanamente nos hemos imaginado, por medio del engaño de
nuestros corazones, que todas éstas bendiciones fueron producidas por alguna
sabiduría superior y por nuestra virtuosidad. Me ha parecido, apropiado que
Dios sea solemne, reverente y agradecidamente reconocido como en un corazón y
una voz, por todos los americanos..." Amen.