Mateo 19: 16 - 22 relata
la historia de
un joven rico que se fue muy
triste al no aceptar deshacerse de sus
todas sus posesiones para
entregarlas a los necesitados. De
igual manera Lucas
12: 16 - 20 nos muestra cuan iluso es el hombre al
creer que el incremento y
acumulación de riquezas será para su
propio disfrute por largura de años,
olvidando la fragilidad de su
propia vida. El
apóstol Pablo
decía: "Porque, cuando nacimos no trajimos
nada al mundo, y cuando muramos
tampoco podremos llevarnos
nada". 1 Timoteo 6: 7. Todo lo anterior demuestra que la propiedad privada
no existe, tal y como Dios lo expresa en Levítico 26: 23 "La tierra es
mía. Ustedes sólo son mis huéspedes y están
de paso en ella”. Por tanto no debes
hacerte pedazos con cosas que no
valen la pena, preocupándote por qué comer, beber o vestir, tal y
como lo hace
la gente que no conoce a Dios.
¡Al contrario! Jesús nos invita a buscar primeramente el
reino de Dios y su justicia con la promesa de recibir
todo aquello que necesitemos según Mateo 6: 31 - 34.