miércoles, 8 de noviembre de 2017

Solo quiero tu amistad


Existen algunas personas que no comprenden que uno solo desea su amistad ¡Nada más! Alucinan en una irrealidad fantasiosa que les hace soñar. Tarde o temprano terminan por enfadarse al creer que uno se hace de rogar. Les cuesta entender que “eso de ser algo más” no es viable. Creen que somos perfectos el uno para el otro cuando en realidad uno de los dos no pensamos de la misma manera… ¡Si no te quiero, no es mi culpa! Entiende que es mejor no insistir, no entusiasmarse, no pensarlo tanto. No puedes obligar a nadie a estar en tu vida. Es mejor retirarse y dejar un bonito recuerdo que convertirse en una verdadera molestia. Albert Camus decía que: “El bueno gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe”. No debes molestarte con un pozo que crees que está seco porque no te da agua. Tu problema es seguir insistiendo en sacar agua donde ha quedado claro que no puedes encontrarla. Entonces, te frustras, las penas se multiplican y las alegrías desaparecen. Es ahí donde debes hacer un alto y reconocer que ¡Algo no está bien! Si tienes que forzarlo no es tu talla… Se aplica a zapatos, pantalones y relaciones. Recuerda que la vida es un rompecabezas. Y cada pieza tiene una razón, un lugar y un porque. No te hagas más daño poniendo piezas donde no caben. Una de las cosas más difíciles de la vida es decidir alejarte o intentarlo un poco más. Cuando te inunde este desasosiego utiliza la siguiente regla de oro: “Donde no veas interés, no insistas”.