En el año 525 d. C. el monge Dionisio Exiguo elaboró un calendario
“cristiano” para sustituir al romano. Confeccionó una tabla regresiva en la que
aparecían los emperadores romanos contando los años que habían gobernado cada
uno de ellos. Situó el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre para
“cristianizar” la celebración pagana del Sol Invictus.
Por error, Dionisio omitió el año 0 y también los 4 años que César Augusto
reinó bajo su nombre propio (Octavio). Los rebaños se sacaban en la primavera,
de ahí la presencia de pastores que vigilaban las manadas. La falta de sitio en la posada probablemente obedeció a la
proximidad de la fiesta de la Pascua Judía. Jesús nació en una fecha de pascua
y murió en una fecha de Pascua. La fecha probable del nacimiento de Jesús se
sitúa en la primavera del año V a. C. (marzo – abril). en esta época. Sin
embargo la Navidad es una época del año en la que se producen mucho más
accidentes, el consumismo y el derroche son desmedidos… La época en que más se
le apuesta en la suerte ¡La época de las iglesias vacías! La época de la
violencia doméstica. Una época de malas decisiones producto de: Dinero
adicional, tiempo libre, fiestas y eventos masivos. Abusos en la alimentación,
ingesta de alcohol y otros vicios. Razón tiene Álvaro Cedeño en su comentario
cuando dice: “Hay un sentido de la Navidad para los creyentes. Y un sentido
para los no creyentes. Por eso es una fiesta ¡tan universal!”.