“Luego el Espíritu de Dios llevó a Jesús al desierto para que el diablo tratara de
hacerlo caer en sus
trampas.” Mateo 4: 1ss (TLA). Jesús
puso haber sido tentado en
incontables ocasiones durante los cuarenta días que estuvo ayunando en
el desierto. Sin embargo únicamente aparece el relato
de tres tentaciones en Mateo y Lucas, colocadas en
orden distinto. Marcos solo hace mención
al suceso sin mencionar detalle alguno. ¿Sabías que una
persona no puede demostrar obediencia
verdadera si no tiene la oportunidad de ser desobediente? Estamos de acuerdo que Dios no tienta a nadie (Santiago
1:13) pero si le permite a Satanás que nos tiente para refinar nuestra fe
y para aprender
a depender de Cristo. Todos los hijos de Dios
somos probados durante nuestra
vida cristiana según Deuteronomio 8: 2 y en las áreas descritas por 1 de Juan
2: 16-17: a) Deseos de la carne, afán por la satisfacción de deseos físicos, b)
Deseos de los ojos, acumulación de posesiones y anhelo de poder y c) Vanagloria
de la vida, Orgullo y obsesión con el nivel social. Sin embargo, es importante
rescatar algunas reflexiones acerca de las tentaciones: a) La tentación no es
pecado según Hebreos 4: 15. b) No existe fuerza humana que resista la tentación
tal y como lo expresa Jesús en Mateo 26: 41. c) La tentación nunca será mayor a
nuestra capacidad de resistencia según el apóstol Pablo en 1 de Corintios 10:
13 y d) Existe una recompensa para el que resista la tentación según Santiago
1: 12.