Olvida el día que nos conocimos, olvida el primer momento en que
me hablaste. Olvida todas esas cosas que me hacían reír, olvida aquel día que
estaba triste y tú me consolaste. Olvida mis celos y mi orgullo. Olvida la
primera vez que me dijiste que me querías, y por supuesto olvida también cuando
te lo dije yo. Olvida todos aquellos mensajes. Olvida cuando te sacaba de
quicio y lo mucho que me gustaba hacerlo. Olvida aquellas madrugadas que
pasábamos hablando. Olvida lo mucho que te echaba de menos cuando no estabas.
Olvida aquel momento en el que empezamos a cambiar… Olvida aquella despedida
tan fría y dolorosa. Olvida que alguna vez formé parte de tu vida. ¡Olvídame! Olvídalo
todo ¿Si? Si te lo pido es porque sé que no te costara hacerlo. Olvídalo porque
yo, sinceramente… ¡No puedo! ¡Lo siento! ¿Cómo olvidar a alguien que te hizo
olvidar todo? ¿Cómo olvidar a alguien que te dio tanto para recordar? Gabriel García
Márquez decía que: “Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es
difícil para quien tiene corazón.” ¿Cómo olvidar nuestras risas y nuestras
bromas? ¿Cómo olvidar nuestras conversaciones y nuestros planes? ¿Cómo olvidar
nuestras lágrimas, nuestros recuerdos y nuestra experiencia? Como si olvidar
fuera solo dejar de escribir o dejar de verse. Cuando el mar sea redondo y el
sol deje de brillar, ese será el día en que te pueda olvidar…