Usted no puede cambiar donde comenzó, pero sí puede cambiar la
dirección hacia dónde va. No es lo que
va a hacer, sino lo que puedes hacer ahora para volver a un estado de
equilibrio: (1) RECONOCE: ¡Afronta y aprende! Boswell dice que: “La diferencia
entre grandeza y mediocridad es a menudo como una persona ve sus errores”.
Identifica tus ataduras: Excusas, justificaciones, pretextos, mentiras,
disculpas, evasivas, miedos, falsas creencias, escapatorias, limitaciones, etc.
Determina si estas ataduras son reales o solo por convicción: ¿Quién las puso
allí? ¿Dónde las aprendiste? ¿Cuál es la verdadera raíz? ¿Fueron creadas por
razones reales o no? ¿Tienen sentido o son irracionales? (2) RECTIFICA: ¡Corrige
y cambia de rumbo! “No es la especie más
fuerte la que sobrevive, dice Darwin, ni la más inteligente, sino la que
responde mejor al cambio”. Cuando nuestras circunstancias se ven modificadas de
forma drástica e inesperada, procede una transformación personal equivalente
que debe incluir un corte de raíz de personas, lugares, hábitos, etc. que no te
benefician. (3) REDIMIR: ¡Libera culpas y desprende! ¿Experimentas un
sentimiento de culpabilidad? ¡Eso es bueno! Porque te estimula a pensar y a
emprender acciones correctivas. Pero sustituye la vergüenza y la culpa por el ejercicio
de la responsabilidad. La única manera de liberarse del sentimiento de culpa es
¡Reparar el daño y entrar en acción! El sentimiento de culpabilidad lleva
aparejado un sentimiento de deuda… una deuda que hay que reducir y eliminar. Reconoce
el dolor, lamenta lo perdido, perdona a la persona, perdónate a ti mismo, libérate
y sigue adelante. Inteligente es aquel que sabe dónde quiere ir y más
inteligente aun el que sabe dónde ya no tiene que volver. (Continúa…)