Un árabe, que iba de viaje, halló a tres hombres que discutían
acaloradamente frente a un lote de camellos. El árabe se detuvo y les preguntó
el motivo de la controversia, y uno de ellos le respondió: -Somos hermanos y
recibimos treinta y cinco camellos como herencia de nuestro padre.
Yo, el mayor, debo quedarme con la mitad de los animales. Este,
que es el segundo, debe recibir la tercera parte. Y aquel, el menor, la novena
parte. Entonces otro de los hermanos dijo: -¡Pero es imposible hallar la mitad
exacta, y más aún la tercera y la novena partes de treinta y cinco! El árabe
desmontando de su propio camello, lo agregó al lote de los que habían heredado
los hermanos. 35 + 1 = 36. Le entregó la mitad (18) al hermano mayor. La tercera
parte (12) al segundo y al menor la novena parte (4) del lote. Entonces el
árabe hizo cuentas: -Tú has recibido dieciocho camellos, tú doce y tú cuatro,
más de lo que les correspondía, por ser la herencia de 35 camellos. 18 + 12 + 4
= 34. Quiere decir que de los treinta y seis camellos, sobran dos. Uno es el
que yo puse. Y el otro, el que me corresponde por haberlos ayudado a obtener lo
que les correspondía. ¡Y todos quedaron contentos!