En la vitrina de un estudio de tatuajes en Hong Kong se exhibían
las muestras de los tatuajes disponibles. Un hombre quedó impactado hondamente
al ver que había tres palabras que podían ser tatuadas en la carne de uno:
«Nacido para Perder». El hombre entró a la tienda y, señalando a esas palabras,
preguntó al tatuador chino: ¿En verdad, hay alguien que quiera tener esa
terrible frase tatuada en su cuerpo? «El respondió: Sí, a veces. «Pero, dije,
no puedo creer que alguien de mente sana haga eso. «El chino se limitó a
golpearse la frente con sus dedos y en muy mal español dijo: “Antes de que el
tatuaje esté en el cuerpo, el tatuaje está en la mente”.