No todo se explica. No todo tiene respuesta. No todo tiene
sentido. No todo es justo. No todo es lógico. ¡Aprende a vivir con eso! No hay
errores ni coincidencias. Todos los eventos son bendiciones que nos son dadas
para aprender de ellas. Se aprende todo en la vida, incluso las cosas más difíciles:
Se aprende a sonreír cuando se pierde la voluntad de hacerlo. Se aprende a
llorar cuando el orgullo no deja caer las lágrimas. Se aprende a caminar cuando
las decepciones no paran. Se aprende a volar cuando se quiere lograr los sueños
y aprendemos a elegir a quien llevar con nosotros y a quien dejar atrás… Se
aprende que las personas buenas te dan felicidad y que las personas malas te
dan experiencia. Se aprende que las personas peores te dan una lección y que
las mejores personas te dan recuerdos. Abriendo los ojos se aprende más que
abriendo la boca. Decía Cohelo que: “Todas las batallas de la vida sirven para
enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos”. Aprende de quienes pueden
enseñarte. No existe nadie tan sabio que no pueda aprender algo nuevo como
tampoco persona tan pobre que no tenga algo para enseñar. ¡Aprende! Pero sobre
todo aprende a vivir. No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas. Ninguna
vivencia habrá sido en vano, si de ella has aprendido algo.