Carl Gustav Jung decía que: “Un hombre que no ha pasado a través
del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca”. Superar y olvidar para
volver a amar y seguir vivo y no guardar rencor a los amores del pasado y ser
un muerto en vida ¡Brindar por lo que ayer dolió y hoy, ya no importa! Si
Cenicienta se hubiera regresado por su zapatilla, no se habría convertido nunca
en Princesa. ¿Sabes cuándo te das cuenta que has olvidado? El día que no te
cuesta apretar el botón para borrar sus mensajes. El día que pueda evitar
llamarle, la noche que no desees verle. La madrugada que no le sueñes, el
segundo en que no pienses donde estará. Abras olvidado cuando no sufras
sabiendo que esta con otra persona. Las horas en que sus besos no sean tuyos. Cuando
digas el primer “Si quieres vete”, después del último “No te vayas”. Cuando
consigas que tu vida no gire en torno a esa persona, entonces y solo entonces habrás
olvidado. Solo quedará el recuerdo de un libro leído de atrás para adelante:
Comenzaron unidos y terminaron sin conocerse… ¡Y no te asustes! A veces las
personas del pasado vuelven ¡Cuando ya han dejado de hacer falta! Ya lo dice
aquel viejo y conocido refrán: “A cada decepción le llega su olvido”. Olvidar
no es borrar. Nunca podrás borrar o cambiar tu pasado, solo necesitas
aceptarlo, superarlo y seguir adelante. Querido pasado: Gracias por las
lecciones. Querido futuro: ¡Allá voy!
