El amanecer siempre es una promesa: No importa que haya pasado
ayer, hoy vuelve a salir el sol. El tiempo sigue y no espera por nadie, el
pasado quedó en el ayer, pero el presente… ¡Es una bendición! Solo que no puedes
afrontarlo con los anteojos del ayer. Sonríe, hazle saber a todos que hoy eres más
fuerte que ayer. No eres perfecta ni pretende serlo. Confórmate con ser hoy, un
poco mejor de lo que fuiste ayer. Ayer fuiste inteligente y quisiste cambiar el
mundo. Hoy eres más sabia y vas a empezar a cambiarte a ti misma. Eres fuerte
porque fuiste débil, estas en guardia porque fuiste traicionada, te ríes porque
estuviste triste y vive hoy porque el mañana no es seguro. Ayer fue para
aprender ¡El Hoy es discípulo del ayer! “No creo mucho, decía Lincoln, en un
hombre que no sabe hoy más que ayer”. Hoy no es igual que ayer… ¡Es mejor! Y la
diferencia entre donde estuviste ayer y dónde vas a estar mañana, es lo que pienses,
digas y hagas hoy. No arruines el hoy con culpas del ayer. Descansa de las
heridas. Mira, solo mira mientras tu corazón late al ritmo al que un día estaba
acostumbrado, cuando solía ser de día, cuando solía gustarte lo que ahora te ha
castigado tanto… Los recuerdos de ayer durarán toda una vida. Guarda los
mejores y olvida los demás. Que la pena del ayer no te robe el HOY. No vuelvas
al ayer porque hoy eres una persona diferente. El ayer se fue y dejo su
historia. Un brindis por lo que ayer dolió y hoy ya no importa. Hoy nuevas
semillas empezaran a crecer…