La vida es como una montaña rusa. Tiene sus altos y sus bajos… por
ratos parece divertida y por momentos nos aterra. Pero tú eliges si te asustas
o disfrutas el viaje. No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de
hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor. Pero depende
de quién va contigo al lado en el carrito y de las cosas que te gritan quienes
vienen detrás. Depende si vas con los ojos abiertos o cerrados o si te agarras
o te sueltas en las bajadas y en las vueltas muy cerradas. También depende si
le tienes miedo a las alturas o si te emociona la velocidad. La vida es para
los que se arriesgan, no para aquellos que la ven pasar. Porque vivir la vida
es subir, bajar, emocionarse y asustarse, sorprenderse y sudar. Es hacer
locuras, llorar y reír, pasar calor y frio ¡Vivir grandes momentos! Porque cada
subida y bajada nos deja una nueva historia. Puedes gritar cada vez que hay una
caída, o puedes gozar cada uno de los momentos que estas en ella. Y al final después
de ver el camino recorrido solo te queda una sonrisa en los labios y la satisfacción
de saber que tuviste el valor para subirte. ¡Abre los ojos, levanta tus manos y
disfruta de la montaña rusa de la vida!