‘No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo
mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países,
porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día
nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los
descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a
sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y
penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las
soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El
inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las
salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una
rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde
aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar
de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En
vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis
amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla’. (Albert
Einstein)