En algún lado leí, en una ocasión, la siguiente historia: “Un
ejecutivo coloco un pequeño letrero en la puerta de su oficina que decía: «YO SOY EL JEFE.» Cuando regresò de
almorzar encontró una nota junto al letrero que decía: «SU ESPOSA LLAMO Y DIJO
QUE QUIERE QUE LE DEVUELVA SU LETRERO».” Muy atinadamente la ex primera
ministra del Reino Unido, Margaret Tatcher decía que “Estar en el poder es como ser una dama. Si tienes que decirle a la
gente que lo eres, no lo eres.” Reconocer el liderazgo de una persona no
guarda relación alguna con su posición dentro de la organización. Maxwell decía
que "El liderazgo es una decisión
que usted toma, no un lugar donde usted se sienta". Y es tan cierto
como aquella ocasión en la que el presidente de una gran corporación llegó
tarde a una reunión. Irrumpiendo en el salón, se sentó en el asiento más
cercano disponible en vez de ocupar su lugar acostumbrado. Uno de sus jóvenes
asistentes protestó: «Por favor, señor, usted debe estar a la cabecera de la
mesa». El ejecutivo, que tenía un cabal entendimiento de su lugar en la
compañía, respondió: «Hijo, en cualquier lugar que me siente, esa es la
cabecera de la mesa».