¡Por naturaleza no somos buenos para escuchar! Tenemos la
tendencia a cambiar de tema e interrumpir para hablar de nosotros. Ante alguien
que habla sin parar, usualmente sobre los mismos problemas, existe la
inclinación de arreglar su problema con el fin de que la conversación sea
breve. Sin embargo Burns decía que “La equivocación más grande que usted puede
cometer al tratar de hablar convincentemente es poner su más alta prioridad en
expresar sus ideas y sentimientos. Lo que la mayoría de las personas en
realidad quieren es que se les escuche, respete y entienda.” Por eso es
importante escuchar con el tercer odio el cual (1) SE ENFOCA EN LA PERSONA no en las palabras. (2) SE DESTAPA LOS OIDOS al
eliminar las distracciones y la actitud defensiva. (3) SE ESCUCHA CON DINAMISMO y evita ser un
hablador dinámico y (4) SE ESCUCHA PARA PODER ENTENDER y evitar ser un
escuchador que busca el mínimo espacio para contestar. Recuerde que usted se
conecta con su gente cuando está totalmente comprometido a escucharlos con dedicación exclusiva y cuando la gente se
da cuenta que se le comprende, se sienten más motivados para entender el punto
de vista suyo.