En la vida te das cuenta que cada persona que te encuentras tiene
un rol en tu vida. Algunos te ponen a prueba, te utilizan, te aman, otros te
enseñan. Pero los realmente importantes son los que sacan lo mejor de ti mismo.
Son esas personas poco comunes y extraordinarias que dejan huellas en tu vida y
te recuerdan que este mundo, aun vale la pena. Todo aquel que te haga reír vale
la pena. “Lo que más vale la pena, decía Baden-Powell, es tratar de poner la
felicidad en la vida de otros”. Nadie encuentra la vida que vale la pena, sino
que debe hacer que valga la pena vivir. Ser feliz no es tener una vida
perfecta. Ser feliz es reconocer que la vida vale la pena vivirla, a pesar de
todas las dificultades. Lord
Chesterfield decía que: “Cualquier cosa que valga la pena hacerse, vale la pena
hacerse bien”. ¡Vale la pena luchar por lo que vale tener! Aunque haya media
posibilidad entre mil millones de posibilidades ¡Vale la pena intentarlo! Por
tanto no te canses de esperar, todo lo que vale la pena necesita paciencia. Si
es difícil de conseguir, es porque vale la pena ¡Si es diferente a lo que ya
conoces, vale la pena! No hay atajos para llegar a los lugares que realmente
valen la pena y cuando llegue ese día dirás: “Valió la pena esperar”. Si es
asombroso, no será fácil, si es fácil no será asombroso. Si vale la pena no te rendirás,
si te rindes, eres tú quien no vales la pena…