domingo, 14 de mayo de 2017

Amor a la antigua


Llámame anticuado pero aun creo en las miradas profundas. Aun creo en los besos con dulzura, aun creo en las cartas que al leerlas enrojecen mejillas. Todavía hay mujeres que extrañan el amor a la antigua… flores, canciones, dulces, que le abran la puerta, que le escriban poemas… ¡Un brindis por esos hombres que dedican canciones y son detallistas! Que te alzan mientras te besan, que te miran a los ojos y se apenan, amor a la antigua, lindo. Invitaciones a pisar hojas secas o caminar bajo la lluvia, patear piedritas. Amor a la antigua en donde nos volvíamos chinos de risa, ebrios de nada y caminábamos lentamente deseando que la calle nunca se acabara. Amores de viejas canciones que traen recuerdos tan solo con escucharlas. Como me gustaría que el mundo volviera a ser cursi. Que la humanidad recuperara el sentido romántico de la vida y junto con El, la tradición de los noviazgos largos, las serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de los balcones. Hoy en día las conversaciones se convirtieron en textos, los argumentos en llamadas, la inseguridad se volvió en una forma de pensar y los celos en hábito. De los medios de comunicación en este mundo tan codificado con internet  y otras navegaciones, yo sigo prefiriendo el viejo beso artesanal que desde siempre comunica tanto. Un periodista le preguntó a una pareja de ancianos: ¿Cómo se las arreglan para estar juntos 65 años? Y ella contestó: “Nacimos en un tiempo en que si algo se rompía, se arreglaba, no se tiraba a la basura”.