lunes, 1 de mayo de 2017

Amor o wifi


Todas decimos: “No llores por ese idiota” y todas lloramos por un idiota. Pensé entonces que, si tanto lo amo y tanto me amó, debía insistir, una vez, cien, las veces que fueran necesarias; con los ojos abiertos, cerrados y llorosos; de pie, sentada o hincada ¡Nada funcionó! Las conversaciones que antes duraban horas, hoy no duran más de cinco minutos. Es triste ver como alguien que alguna vez estuvo tan cerca de ti, puede llegar a ser un total extraño. Notar como se te rompe el corazón, cuando sabes que las cosas no van a cambiar, que los milagros no existen, y que la vida no da tantas vueltas como dicen. Razón tenía Marilyn Monroe cuando dijo que: “Siempre resulta más sencillo cambiar de hombre, que cambiar a un hombre”. Es muy triste aceptar que la realidad no coincide con los sueños. Sin embargo prefiero que me hiera la triste realidad a que me envenene la mentira piadosa. Aunque es difícil aceptar la verdad cuando las mentiras son exactamente lo que queríamos escuchar. Me destruyó de la manera más bella y finalmente entendí porque los huracanes tienen nombres de personas. Mientras yo estoy intentando pasar la página, ¡Él está leyendo otro libro! Por eso hay que hacer lo que dijo Neruda: “Enamorarse de la vida. Es la única que no me dejará sin antes yo hacerlo”. Ahora, solo me queda ir por la vida, revisando el teléfono cada cinco minutos. Viendo si hay amor, o si hay wifi ¡Lo que aparezca primero!