No todos los que tienen las manos juntas, rezan. No todo el que
dice “Señor, Señor entrará al reino de los cielos mucho menos aquellos que
insisten en mirar la paja del otro y pasar por alto su propia viga. Cuando apuntas con el dedo, recuerda que otros tres dedos te
señalan a ti y que la crueldad es la fuerza de los cobardes. Un proverbio árabe
dice: “Alaba solo a Dios. Critícate solo a ti mismo”. ¿Sabías que hay tres
cosas que nunca vuelven atrás? La palabra pronunciada, la flecha lanzada y la
oportunidad perdida. Aquel que pisa con suavidad va lejos. Con palabras agradables y un
poco de amabilidad se puede arrastrar a
un elefante de un cabello dice un viejo proverbio persa. Si la gente se arregla todos los días el cabello ¿Por qué no el
corazón? Si deseas ser feliz, tienes que desear ver a otros felices también. Un
corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas. No te aísles! “Vida sin
amigos, muerte sin testigos”.