Después de años luchando porque los alumnos no usen el celular en
el aula, las nuevas tendencias educativas mundiales van precisamente en
dirección opuesta. El teléfono móvil o celular no solo es Whatsapp y Facebook, sino
que puede ser usado en multitud de escenarios desde una perspectiva educativa. Lo
anterior no significa que, de repente, se deba cambiar el método de enseñanza y
permitir el uso del teléfono móvil sin control. Nuestros estudiantes han venido
adaptando su cotidianidad a las nuevas tecnologías, en ocasiones con buenas
prácticas y en otras no tan buenas. Debemos vencer nuestros miedos, para llegar
a ser los mediadores tecnológicos que nuestros estudiantes necesitan. La clave
del adecuado uso de la tecnología radica en la apropiada orientación que
brindemos sobre las mismas. No necesitamos ser expertos, sino dedicarnos a lo
que hacemos mejor: mediar con pedagogía. Cuanto más logremos integrar el
trabajo del aula con el buen uso de herramientas tecnológicas como el móvil,
estrecharemos la brecha entre educación y tecnología. “¡Es una gran
oportunidad! Pero está claro que la tecnología, por ella misma, no propicia el
éxito educativo, sino que es necesario que el docente establezca una adecuada
política de uso, con un sentido de responsabilidad en la producción y oferta de
contenidos desde los aspectos pedagógicos. Le invitamos a reflexionar y a eliminar los prejuicios en torno al
teléfono móvil y a su vez considerar las nuevas posibilidades que el docente
tiene a su disposición a través del uso responsable del celular por parte de
los alumnos, eso sí, con límites y reglas previamente establecidas.