El sacerdote de una parroquia tiene un viaje de urgencia y, como
no quiere dejar abandonado el confesionario, le pide a un amigo rabino que lo
suplante. El rabino responde que él no sabría que decir a los penitentes, pero
lo convence de que será muy fácil y le ofrece presenciar un par de confesiones
para extraer una idea de cómo va la cosa. Llega una dama al confesonario: -
Padre, perdóneme, porque he pecado. - Dime, ¿qué has hecho? - He cometido
adulterio. - ¿Cuántas veces? - Tres veces. - En penitencia reza dos Avemarías y
deposita 5 dólares en la cesta de donaciones... Al rato viene otra señora, y de
nuevo lo mismo: - Padre, perdóneme porque he pecado. - Dime, ¿qué has hecho? -
He cometido adulterio. - ¿Cuántas veces? - Tres veces. - En penitencia reza dos
Avemarías y deposita 5 dólares en la cesta de donaciones. Entonces pregunta a
su amigo el rabino: - Bueno, ¿ya has entendido cómo va el asunto? - Sí, sí,
seguro, ya podés irte tranquilo. Al rato llega una dama para confesarse: -
Padre, perdóneme porque he pecado. - Dime, ¿qué has hecho? - He cometido
adulterio. - ¿Cuantas veces? - Solamente una. - Entonces vaya a casa y hágalo
otras dos veces más, ya que esta semana tenemos una oferta especial de 3
adulterios por 5 dólares de penitencia.