martes, 2 de mayo de 2017

Estar ocupado


Un abogado recién graduado contrató una secretaria y montó un despacho. Con toda la intención de dar a los clientes la impresión de ser un hombre importante y permanentemente muy ocupado, el primer día que inauguraron el despacho, le dijo a la secretaria: - El primer cliente que venga le dices que yo tengo una reunión con un cliente y tendrá que esperar 10 minutos. Luego, le conduces a la sala de espera, y le tienes esperando durante exactamente el doble: 20 minutos. Finalmente, le haces pasar a mi despacho donde yo estaré fingiendo tener una conversación telefónica. Así lo hizo la secretaria. Cuando el cliente entró en el despacho, el abogado, muy amable, tapó el micrófono del teléfono con la mano, señalo el asiento frente a su mesa y dijo: - Por favor, siéntese y espere un momento que enseguida acabo esta conversación telefónica. - Sí... sí... -continuó el abogado diciendo por teléfono-. No hay problema... El artículo 271 dice que el arrendatario no tiene derecho a ceder sus arrendamientos a terceras personas... Sí, claro, aunque esa tercera persona sea su hijo... Aun así, tenemos un caso similar de jurisprudencia en el artículo 324, inciso 86... Me gustaría ver esos documentos de los que hablas... Tráemelos a mi oficina en la calle Velázquez, número 86... El cliente acabó de revisar todos los objetos del despacho, se cansó de estar sentado y se dirigió a mirar por la ventana. - Oye -continuó el abogado con el teléfono ya en plan de despedida por miedo a perder al cliente- que tengo que dejarte... Tengo un cliente esperando aquí mismo en la oficina... Adiós... Adiós. - ¡Uff, qué pesado!. Casi no me suelta. Por fin, hemos acabado -dijo el abogado en tono de disculpas al cliente-. Bien, cuénteme su caso. - Mire, soy un trabajador del ICE y me han enviado aquí para conectar su teléfono.