Hay una indescifrable y tentadora belleza en la personalidad de
muchos hombres que hoy están en la edad madura. Esa clase de hombres que son
una agradabilísima compañía: Los que superan los cuarenta años… Se nota con una
cierta comodidad, la sensibilidad de sus corazones, la devoción que ellos
tienen para lo más hermoso: El “sentimentalismo”. Ellos son más inteligentes,
vivieron, encantaron, saben lo que dicen, y saben hablar a tiempo. Ellos
cautivan, saben conquistar una buena amistad. En lo que se refiere a las
relaciones, ellos cambian la cantidad por la calidad, saben tratar a una mujer
con respeto y afecto. Son hombres especiales, románticos, interesantes y
atractivos por ese encanto que poseen en su forma de ser, de pensar y de vivir.
En la forma de enfrentar la vida, son más poéticos, más sentimentales, más
emocionales y más conmovedores. Los hombres maduros tienen la confianza en sí
mismos, más grande, en el tratamiento con las mujeres, ellos saben reconocer
sus cualidades, son más espirituales, discretos, entendidos y más educados. Las
razones por las que muchos hombres maduros poseen estas cualidades maravillosas
son debidas al modo de vivir de un
tiempo: Los años 70/80 cuando el romanticismo fue vívido y se cantó en verso y
prosa. Un tiempo en que lo mejor de la fiesta era bailar lento y moverse al
ritmo suave de las baladas románticas inspirados con la luz de la luna. Esos
hombres supieron enamorar: el noviazgo en el zaguán, el apretón de manos,
abrazo suave, con respeto y con amor, los ojos en los ojos tenían más valor… La
moda era amar o sufrir de amor. Muchos vivieron de amor. Otros se murieron de
amor… La juventud pasó, pero ellos poseen un “equipaje” de conocimiento,
experiencias, madurez e inteligencia que fueron aumentando con el pasar de los
años. Hombres que marcaron una época… (JC)