¿Sabías que eres un imán viviente? Atraes a tu vida lo que más
piensas o lo que más sientes. Las fuerzas naturales del orden se fundamentan en
un magnetismo que nosotros generamos y proyectamos ¡Todo lo que la mente del
hombre pueda idear, puede conseguir! Einstein decía que: “La imaginación lo es
todo. Es una visión preliminar de lo que sucederá en tu vida”. Nuestros
pensamientos negativos o positivos toman la misma forma en su proyección y,
como consecuencia, influencian nuestro entorno. “¿Qué poder es este?, decía
Graham Bell, no lo sé, solo sé que existe”. Cada situación que vivimos día tras día, cada
acto, cada pensamiento y cada emoción se proyecta en algo más grande que se
convierte en un influjo o aura que envuelve nuestra vida. Si constantemente
tenemos pensamientos negativos, creamos emociones insanas y actuamos de manera
acorde con ello, lo cual contribuye a perpetuar una atmósfera de
acontecimientos perjudiciales. El Dalai Lama decía que: “Si la mente está
ocupada con pensamientos positivos es más difícil que el cuerpo enferme”. La
actitud mental predominante es el imán, y la ley es que lo semejante atrae a lo
semejante, por consiguiente, la actitud mental atraerá invariablemente aquellas
condiciones que se correspondan a su naturaleza. Hacernos conscientes de lo que
nos merecemos y concedérnoslo nos ayuda a priorizarnos y a alcanzar aquellas
cosas que necesitamos ¡Esto no es magia! Es algo más fuerte, la voluntad de
nuestra mente para reconducir nuestra vida.