miércoles, 10 de mayo de 2017

La pareja que nunca habìa discutido


Un presentador de televisión, como modelo de matrimonio feliz, presentó el caso insólito de una pareja que nunca había discutido y, micrófono en mano, lleno de curiosidad, se dispuso a desentrañar las claves de tan fenomenal avenencia. - Señor, dígame -preguntó el locutor-, ¿es verdad que ustedes no han discutido nunca en 25 años de casados? - Jamás -contestó el caballero esbozando una sonrisa. - ¿Y usted, señora, nunca ha reprochado nada a su esposo? - No, no, yo... casi nunca -respondió la dama. - ¿Y podría dar a los telespectadores las claves de tan fantástico entendimiento? -preguntó el presentador a la mujer. - Verá usted -replicó la señora-, cuando nos casamos mi marido tenía una yegua pura sangre que apreciaba muchísimo. Era la criatura que él más quería en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestra carreta tirada por la yegua. Después de viajar un cuarto de hora aproximadamente, la yegua tropezó y la carreta hizo un movimiento violento. Mi marido le dijo a la yegua con voz firme: "¡Una!". Más adelante la yegua volvió a tropezar con el consiguiente vaivén de la carreta. Mi marido la miró de nuevo y dijo: "¡Dos!". Al tercer tropezón, no dijo nada. Inmediatamente sacó un revólver y le pegó a la yegua cinco tiros en la cabeza. Entonces, muy sorprendida, le dije: "¡Eres un hijo de $%&*! ¡Pero qué te ha hecho ese pobre animal! ¿Por qué la has matado?". En el plató televisivo se hizo un silencio sepulcral al oír el final de la historia de la yegua. - Bueno -añadió la mujer-, mi marido entonces me miró de reojo y, antes de que hubiera guardado el revolver aún humeante, con voz firme me dijo solamente: "¡Una!".