Las personas que disfrutan de amistades sólidas tienen vidas más
prolongadas y saludables que las que no las tienen. La amistad disminuye la
presión arterial y el estrés, reduce el riesgo de caer en depresión y aumenta
la longevidad, en gran parte porque alguien está pendiente de nosotros. A
partir del momento en que entramos en la adultez, nuestra cantidad de amigos
comienza a disminuir en forma constante. Los cambios de amistades suelen
ocurrir en momentos de transición de la vida, como egresar de la universidad,
tener hijos, perder un empleo, divorciarse o sufrir la muerte de un conyugue.
Si desea hacer nuevos amigos, debe saber dónde apuntar: Al igual que cuando
busca pareja, tiene que buscar gente con la que tenga algo en común. Siga sus
intereses. Involúcrese con grupos o actividades que le gusten. Cuando está buscando
hacer amigos, no es aconsejable esperar lograr grandes avances en poco tiempo.
Una llamada o una salida no son suficientes para cimentar una amistad. Requiere
seguimiento y constancia. Cuesta llevar una amistad al siguiente nivel si usted no se ve con una persona con
regularidad. Considere la posibilidad de reanudar una vieja amistad y sobre
todo ofrezca su amistad cuando alguien la necesite…