Cuando postergas actividades que deben atenderse por otras más
irrelevantes pero agradables estas procrastinando. Existen personas
extremadamente productivas en cosas sin importancia. Muchos pierden horas
holgazaneando cuando realmente deberían estar intentando realizar importantes
tareas diarias. Otros dejan para mañana lo que debieron haber hecho ayer. Quino
decía: “¿Y si antes de empezar lo que hay que hacer empezamos lo que tendríamos
que haber hecho?” ¡Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil! La pasión por
lo que haces te hará entender que los límites son mentales. “No olvides que en
este momento, decía Nuria Pérez, en este preciso momento, puedes cambiar tu
vida”. La pereza nace donde empieza el deber y el peor enemigo del éxito es
POSTERGAR. Escuche a alguien decir que procrastinar es un problema de
optimismo. ¡Básicamente creemos que mañana tendremos ganas de hacerlo!
Postergar las cosas solo las hará más difíciles. El que hoy no está dispuesto,
¡Menos lo estará mañana! Por la calle de DESPUES, se llega a la plaza de NUNCA.
“Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada, decía el Dalai
Lama. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para
amar, creer, hacer y principalmente vivir”.
