Pablo Neruda dijo una vez: “Me gusta amarte en silencio, porque
tengo la esperanza de que tu también lo hagas…” Yo te amaré en silencio… como
algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar y el lejano perfume
de mi amor imposible rozara tus cabellos… y jamás lo sabrás. Te quiero ver y no
puedo, te quiero tener y no te tengo. Lo único que puede hacer es: Amarte en
silencio. Aunque no te llore, me dueles… Aunque no te hable, te pienso… Aunque
no te busque, te extraño… Aunque no te lo diga… TE AMO. “Somos de aquella,
decía Brando, que amamos en silencio”. Quien sabe amar en secreto, también sabe
extrañar en silencio, por eso no necesito gritarle al mundo que te quiero, se
oye mejor cuando lo digo en silencio. Aprendí a amarte en silencio, de esa
forma eres solo mía y evito sufrir tu rechazo. Tú nunca entenderás lo que te
quiero, porque duermes en mí y estás dormida. Te amo, como decía Chelo: “Como
la llovizna que cae en silencio, casi sin hacerse notar, pero que es capaz de
desbordar ríos”. Ayer se lo decía a un amigo: Me he callado como el vuelo de la
lechuza, porque en silencio es como mejor te tengo, o más aún, mi único modo de
tenerte… Aquí estoy sentado en silencio y pensándote a gritos, inventándome un
futuro contigo… Tal vez tomes mi silencio como “un no me importas”, yo tomo tu
ausencia como un “ya tienes a otro”.